Han pasado más de 9 años desde que escribo cartas de amor por encargo, desde que le di un giro a mi oficio. Ya me conocen. No cubro la realidad, descubro sensibilidades. No informo, prefiero narrar. No reporto datos, pero transmito emociones.
Después de tanto tiempo haciendo un periodismo al servicio del amor, quiero hablarles de mi primera vez. Esta semana va a llegar el primer libro de Cartas a la Carta. No lo conozco. He retocado su fondo, pero no he tocado su forma. Lo escribí, pero no sé qué se siente abrirlo, mirarlo de frente, pasar sus páginas.
Me llegará el martes. En mis sueños es pequeño, íntimo, bello. Quisiera compartir con ustedes esa primera impresión, invitarles a abrir conmigo ese epistolario de cárcel, contarles de primera mano cómo resulté escribiendo por encargo de mujeres privadas de la libertad, cómo esas palabras guardadas en celdas se convirtieron en voces, manuscritos, cartas de puño y reja.
Les invito al lanzamiento este 6 de diciembre a las 6:30 p.m. en Casa Tragaluz. Me encantaría que estuvieran conmigo en este momento feliz. Quiero compartirles el detrás de páginas. Presentarles al equipo que me dio la mano, el que me dio la razón pero también me llevó la contraria. Una diseñadora, un editor, quienes me ayudaron a resolver dudas, a tomar decisiones. Las personas que me corrigieron el curso, que me siguieron la corriente, que le dieron un norte a mi intuición, que me acompañaron en este camino de dar luz, materia, caudal, color.
Ese martes será un día de fiesta, quiero celebrar este paso.
Les espero.
Cartas a la Carta 
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